Saturday, April 27, 2013

El registro del otro.




Todos los días nos dormimos y nos despertamos, con suerte rodeados de otros.
En el mejor de los casos, desde la mirada de la madurez, durmiendo con quien amamos, rodeados por sus brazos, o enredadas nuestras piernas confundiéndose bajo las mantas.
Desde pequeños, buscamos el contacto que nos reafirme.
Nos entregarnos a los brazos de Morfeo mas tranquilos si nuestra madre o nuestro padre nos convencen que la noche es un sitio seguro, si entramos caminando de la mano de la fantasía de un cuento...Sabemos que al día siguiente serán ellos mismos los que acariciando nuestro cuerpo nos ayudaran a volver al ser conciente que necesita seguir aprendiendo.

Hago esta introducción porque quisiera analizar el impacto que ser desatentos tiene en nuestros vínculos cotidianos, pero que no logramos entender cuando solo asociamos la desatención a perder u olvidar nuestras cosas.

Cuando la desatención convivía conmigo sin espacios libres, ni siquiera sabía que ser distraída era algo que afectaba a todos los que me rodeaban.
Siempre pensé que solo implicaban cuadruplicados de documentos, u objetos perdidos.
Como adulta las cosas olvidadas debía reponerlas, gastando nuevamente el dinero en el objeto que ya había comprado una vez. 
Pésimo negocio.
De pequeña, recuerdo con mucha tristeza, que la consecuencia con fines didácticos, era no reponer lo perdido, para que la falta generara una experiencia de aprendizaje y responsabilidad.
Cosa que nunca pude aprender, obviamente.
Sentí sin embargo que el castigo que se instalaba en mi tras cada pérdida, fueron bien capitalizados como mensajes de desvalorización.
Todo lo que podía tener en mis manos, corría riesgo. No era confiable para transportar nada con garantías.
Creo que así es como aprendí a no comprarme nunca cosas valiosas.
Porque perder un bolígrafo plástico, no era tan grave. Perdí lapiceras de oro, de plata, Parker, Cross, de varias marcas bonitas y caras.
Pero lo mas claro fue darme cuenta que yo era como una bolsa descosida en un sitio no visible.
Sin nunca darme cuenta como, las cosas se me escurrían.
Pero el objeto del mayor desconcierto viene hoy de la mano de la reflexión acerca de que implica ser desatento con los otros.
Eso es bastante mas complejo.
Sobre todo porque las personas no somos objetos, nuestros vínculos se construyen, y son vulnerables, muy vulnerables.

En definitiva si olvidamos ocuparnos de este importante capítulo, perderemos nuestros vínculos de la misma manera que perdemos nuestras llaves. Sin conciencia del como.

Imaginemos un pequeño en la escuela, que por ser distraído omite las señales emitidas por sus pares en el aula, que de esa forma arman el juego del próximo recreo.
Quedando afuera del programa, puede que se sienta excluido, sin que nadie intencionalmente lo haya propuesto.

Puede que ni siquiera lo sienta porque sigue exiliado involuntariamente en su mundo en estado semiconectado, o inconciente del entorno, ensimismado vaya a saber en que nube mental..

O puede que corra a interrumpirlos, si es de los que no manejan los impulsos, o puede que quede fuera de la rueda observando como los demás se divierten...porque no tiene iniciativa y vive siempre la disociación entre lo que desearía y lo que no acciona.

Puede que de tantos momentos fuera de sintonía deje de mirar que hacen sus pares. 
Y se acostumbre a jugar a estar solo.
Hasta que deja de ser un juego y pasa a ser una triste costumbre.

También estar dispersos puede suceder como consecuencia de vivir sin poder salirse de ese mundo propio.
Mundo de fantasías que no logran compartirse, o de impulsos que no permiten que otros compartan momentos que casi no tienen registro para quien los protagoniza.

De todas formas, un ser que padece desatención, suele viajar solo.
Porque las desconexiones también son producto de la dificultad en el AUTOCONTROL DE LA CONDUCTA.

Muchos niños no entienden (porque no venimos con manual de instrucciones) el motivo de tal consecuencia.
Y compensan sintiendo entonces que el costo de estar con otros, es complacer, agradar y aceptar lo que sea para pertenecer al grupo, en la versión pasiva.
Para otros, mas impulsivos, la agresión, la oposición, la desestimación, sería parte de la versión activa disfuncional que justifica el estar excluídos.
Desde allí pueden surgir múltiples combinaciones, que serán propias de cada historia.

Esa memoria de trabajo de la que tanto pudimos escuchar, no solo sirve para el estudio. Es esencial para vincularnos con otras personas, desde pequeños cargamos con esta disfunción, y desde entonces construimos modelos para relacionarnos como podemos.

Entonces, algunos parecen muy centrados en ellos mismos, pero con dificultades serias para negociar alternativas que ellos no desean.
O quedan demasiado centrados en los otros, aceptando lo que les sugieren, solo para poder subirse a alguna situación que suena divertida.
Pero que no lo es. 
Porque tendrá la amenaza latente de la posible pérdida.
Como es entonces que impacta el estar distraído cuando uno se encuentra con otros? Cómo es que desde nuestro estilo nos eligen o elegimos una pareja?
En realidad desde mi visión impacta constantemente y en todas las dimensiones posibles.

No registrar que nos están hablando, porque creemos que podemos escuchar mientras hacemos otra cosa, puede que sea uno de tantos ejemplos.
Y puede que seamos capaces de una atención múltiple.
Hasta podríamos repetir lo que nos fue dicho, con exactitud...
Pero quien está en ese momento protagonizando la comunicación, necesita que su momento sea exclusivo. Quiere que nuestra mirada sea para ellos, y que nuestra mente la acompañe.
Todos sentimos necesidad de que nos presten atención.
Y de eso se trata.
El mensaje que transmite quien está comprometido haciendo otra cosa, mientras necesitamos su foco, es uno que transmite una devolución negativa. Y múltiples posibles interpretaciones
NO VALE LA PENA DETENERME...LO TUYO NO ES TAN IMPORTANTE.....TU TIEMPO NO SER EXCLUSIVO....NO MERECES MAS QUE ESTO Y CONTENTATE CON ELLO....EN REALIDAD....NO ME IMPORTAS...NO TE REGISTRO....



 Y cuando en medio de su discurso, quien nos comparte, quien elige comunicarse y comunicar algo, es INTERRUMPIDO, por un comentario adyacente, una asociación difícil de entender, o un gesto que marca que el tiempo ha caducado....SE GESTA ALLI OTRO MENSAJE.
TIME OUT. BASTA. YA ME CANSE. TU TIEMPO HA FINALIZADO...
 Es entonces que ser PUEDE distraído a las necesidades de los otros, gesta el inicio del viaje solitario por una vida que puede sin embargo parecer superpoblada.

No tener registro del tiempo que lleva registrar al OTRO, es parte del gran costo.
No tener registro hasta que ya no hay nadie, puede que sea algo frecuente.

Pero cómo es que sucede, que un ser deseoso de conectarse, termina aislado en cada intento?
EL RESPONSABLE ES : EL NO REGISTRO.
No registro de lo que el otro desea, lo que piensa, lo que hace, lo que siente, lo que compartimos y lo que no compartimos.
Un no registro de la presencia de los otros, mientras no están visiblemente presentes.
Un no registro, de la vida que no comparten con uno, pero que los individualiza.
Sus intereses, sus gustos, sus miedos, sus necesidades, sus fechas importantes, sus otros seres queridos.
Todo ello contiene si uno se detiene a darles un minuto, un enorme mensaje en las acciones que movilizan.
Un llamado para preguntarles como se sienten, para ofrecerles ayuda o para pedírselas. Un llamado que les recuerde que los tenemos presentes también cuando no hay necesidad evidente de estar conectados...
Una pregunta personal, un regalo pensado, una carta afectuosa, una notita, o una rosa.
Un tecito caliente, o un vaso de agua helada, una mano tendida en el momento justo, implica que los estemos teniendo en nuestro campo visual, sensorial y espiritual.
Una sonrisa cómplice que marque que estamos atentos a ellos, es lo que falta.
O aparece a destiempo.
O no aparece.
Una sonrisa que puede transformarse en llanto.
Un registro cualquiera que implique habernos ocupado, de cuidar a ese otro, que elegimos.
No registrar puede que no sea simplemente consecuencia de haber estado colgado de una palmera.
A veces el no registrarlos es parte del desborde de una continua sensación de falta de tiempo.
Una locura diaria donde intentamos ubicar mas piezas de las que encajan.
Puede que la desconexión surga de un ser que nunca está seguro de como es correcto conectarse.
Excusarse, justificar, prometer, posponer, reagendar, podrá resultar por un tiempo, pero el costo del no registro al otro, es viajar finalmente SOLOS.
La complacencia es también engañosa, porque tampoco nos hacemos presentes de esa forma. Los otros empiezan a convivir con la sensación de que son ellos los que acompañados por nuestras presencias sienten sin embargo que viajan solos, que no hay propuestas, que todo es producto de su iniciativa.
El motivo? puede que varios no solo uno.
Puede que una enorme discapacidad para manejar situaciones conflictivas, lo dispare.
Paradójicamente, los conflictos tan temidos son los únicos que terminan protagonizando la escena.
Porque los conflictos no pueden evitarse.
Y es así como inicialmente el temor a discusiones y conflictos genera conductas que solo llevan hacia ellos.

Nuevamente, reclamos, demandas, críticas, sermones se transforman en el eje de comunicaciones que se dan en diferentes claves, y así no tienen armonía.

NADA TE IMPORTA....
SIEMPRE HACES VOS LO QUE QUERES...
TODO LO HAGO YO...
SI ME QUISIERAS TE HUBIERAS OCUPADO....
SI TE IMPORTARA ALGO NUESTRA RELACION TE HABRIAS ACORDADO...
SOLO PENSAS EN LO QUE A VOS TE IMPORTA....
SOS EGOISTA...
PARA QUE ME PREGUNTAS QUE PIENSO, SI DESPUES HACES LO QUE TE PARECE?
NO ESCUCHAS...
NO ME TENES EN CUENTA....
HACEMOS LO QUE YO DESEO SOLO SI COINCIDE CON LO QUE VOS DESEAS....
TE LO DIJE....TE LO DIJE.. LO QUE PASA ES QUE NO TE IMPORTA....

Muchas veces quien protagoniza la desconexión, aterriza percibiendo que está en falta con alguien. O con algo que debía de haber hecho y no hizo.
Puede que registre al ver mas concientemente también ACCIONES  que protagonizó sin darle participación alguna a ese OTRO.
Pero el común denominador es una acción que traduce un mensaje en el que el otro queda excluido.
 Y es allí, cuando surgen mecanismos compensatorios que arruinan mas el vínculo de lo que lo protegen, porque inicialmente la intención es salvarlo...
MENTIRAS
EXCUSAS
RACIONALIZACIONES
JUSTIFICACIONES
SILENCIOS
HUIDAS
DISCUSIONES
PROMESAS
TERCERIZACION DE LA CULPA....

 Y es allí cuando las emociones hacen entrada en masa.
MALESTAR, ENOJO, IRA...
ANGUSTIA, DESCONCIERTO, TRISTEZA...
TEMOR, ANSIEDAD, MIEDOS...
Nuestras o de quienes están compartiendo nuestra vida.
Desde las amenazas, a las promesas puede que entonces volvamos a comprometernos en cumplir con aquello que sabemos y entendemos necesario.
QUE EL OTRO ES UN OTRO REAL Y EXISTE.
Pero corto será el recorrido si no estamos concientes de que la desconexión inevitable volverá a acosarnos, cayendo víctimas de una nueva situación involuntaria de NO REGISTRO.
Y el otro dejará finalmente de creernos.
O se tomara distancia emocional.
 O buscará algún OTRO que sienta lo tiene en cuenta.
Es enorme el cansancio, el estrés que se genera en relaciones donde los reclamos son mas frecuentes que los momentos de disfrute.
Donde la relación se reconstruye como una serie de buenos momentos INCONEXOS.
Pueden registrarse sin embargo excelentes períodos que llevan a esos OTROS  a sentir que podemos hacer lo que no hacemos... y luego a desilusionarse en la espera..

MAS RECLAMOS
MAS CRITICAS
MAS ENOJO
MAS DISCUSION
MAS INSATISFACCION
MAS SOLEDAD...
Muchas parejas, transitan la vida, compartiéndola como dos soledades juntas.
Ser con los otros, no es ser parte de ellos, pero si verlos cuando también cuando no están presentes.

Es a veces así como hasta puede sentirse con alivio el seguir solos. El desborde, la sensación de demanda constante, la queja, la falta constante de tiempo, la desorganización y el caos...Puede que genere una inmediata aunque breve sensación de LIBERTAD frente a una ruptura.
Pero el desconcierto, será sistemáticamente una repetición inevitable.
Da capo al fine.
Cada relación tendrá posibilidades de similar destino.
Aunque al principio el entusiasmo parezca inmunizarlo.
Cada enamoramiento, cada nueva relación nos dará la entrada al bienestar con ella.

Durará (si no nos ocupamos de LAS DESCONEXIONES INVOLUNTARIAS... ) sólo lo que dura un sueño...UNA NOCHE DE VERANO...
Ocuparse de como nos desconectamos, no es tan sólo disculparnos detrás de nuestro problema....
Bueno....soy desatento....soy dispersa....te lo había dicho....

Ocuparse de ello es lograr entender que NUESTRA CAPACIDAD DE MANTENERNOS CONECTADOS no es regulable voluntariamente.
Pero si podemos hacer algo.
Podemos tomar conciencia de ello y en lugar de justificar conductas de impacto negativo, en lugar de disculparnos por lo que hicimos o por lo que no hicimos....
NOS HACEMOS CARGO.
DE ESO SE TRATA.
DE HACERNOS CARGO, DE SALIR DE LA POSICION DE VICTIMAS Y TOMAR LA DE PROTAGONISTAS.

LA DESATENCION NO SE SOLUCIONA CON FUERZA DE VOLUNTAD, NI CON CASTIGOS. NO SE APRENDE DE LOS REPETIDOS FRACASOS. PORQUE NO PUEDEN CONECTARSE NI ASOCIARSE CUANDO SERIA UTIL HACERLO.
EL DESAFIO ES ENORME.
PERO VALE LA PENA.

PUEDE QUE ESTO QUEDE EN EL OLVIDO...
PUEDE QUE HAGAN ALGO CON ELLO...
PUEDE HASTA QUE SE ENTUSIASMEN Y SE PROMETAN CAMBIAR TODO MAÑANA..
PUEDE QUE PIENSEN QUE YA NO LES SUCEDE...
PUEDE QUE HUYAN...PUEDE QUE PIENSEN....
PERO SI LLEGARON HASTA AQUI, AL MENOS SABEN QUE NO ESTAN TAN SOLOS.



Norma Echavarria
Abril 2013






















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