Saturday, December 27, 2014

Pasado de moda?

Es la naturaleza humana la portadora del código de supervivencia,  así como el interés en la pertenencia a uno o mas  grupos que favorezcan su funcionamiento, parte del desarrollo mas evolucionado de nuestros cerebros, está en la conectividad que logra en las interacciones con otros.

Interesarse en ese Otro, cuyo atractivo permite una particular cercanía, parecería ser producto de la libertad de elección, aunque es solo parte del sistema biológico que nos perpetua como especie.

Nada mas increíble que enamorarse, nada mas increíble que el arte de descubrir quien es ese otro...
Personalmente, obvio, es a través de la creación de nuestros vínculos que aprendemos a desarrollar quienes podemos ser en la vida.

Solo me inquieta la evolución que la sociedad tiene al respecto.
 Y somos nosotros los que le damos esta consistencia.

Vivimos en tiempos de aburrimientos rápidos, donde la comunicación entre las personas ha cambiado tanto, que mi reflexión no puede omitir la que se genera entre dos seres bailando con su deseo.

Lo digo porque así como recibir un mensaje cargado de corazones puede sonar divertido, recibir uno que plantee el final de la relación me parece portación de crueldad cibernética.

Terminar una relación por Skype, o por correo es un homicidio del amor en la posmodernidad, y evitar los encuentros, aun cuando fueran solo nuestras voces me esta encendiendo señales de alarma.

Me pregunto si una sociedad que ha mutado favoreciendo una nueva forma de vínculos virtuales, es la que sostiene la nueva manera de enamorarse, vínculos que permiten una impersonalidad plagada de narcisismo, en una comunicación cargada de silencios y de emoticones que hablen por nosotros...

Conexiones inundadas de inmediatez, multiplicidad de formas de acceder al otro, sin ni siquiera tocarse, me dejan hoy un millón de preguntas.
Para que tanto, si cada día estamos mas solos?

Hace tiempo sonaban los celulares, eran los ring tones los que nos individualizaban, y después sabíamos quien nos llamaba, reíamos, nos contábamos historias, nos hacíamos cómplices de momentos que alternadamente intercambiaban nuestro protagonismo.

Prácticamente todos teníamos teléfonos fijos, (quien hoy los siga teniendo, debe ser porque es mas engorroso darle de baja, o porque concentra el servidor de internet o  de cable en la misma línea.)
Alguien de mi época recuerda acaso lo que era esperar años por una línea?
Así fue en Argentina por décadas..

Fueron los teléfonos móviles uno de los avances que creo yo modificaron nuestra conducta aun mas que los ordenadores.
Porque los ordenadores, no teniendo portabilidad nos protegieron un buen tiempo. Partir a nuestras casas sin que nos persiguiera la conectividad continua, es algo que ya quedo para el olvido.
Tomábamos mate, cafecitos, o teníamos charlas enteras sin interrupciones.
Podíamos pasar un cumpleaños conectados con los amigos y quienes amábamos conectados con ese presente, sin mas fotos que las de la torta.
Que obvio veíamos en el siguiente encuentro... con suerte.

Quede pensando si así como permitimos que algo bueno se apodere de nosotros, no podríamos retirarle algo del poder que le otorgamos?

Mi primer celular lo compré en 1990 cuando pocas mujeres tenían uno entonces.

Y su enorme utilidad la encontré trabajando, y teniendo tres hijos pequeños en casa...manejando, enterándome y vigilando que todo estuviese en orden con ellos.

También así caí en la trampa, al dejar que invadiera mi vida privada bajo el título de mantenerme en contacto.
Así fue como me perdí muchos valiosos momentos con ellos dejando que una conversación personal, o profesional, quitase mi emoción de plano de donde estaba, dejándome incapacitada de reconectarme con el momento perdido.

Hoy, 24 años mas tarde son tantas las aplicaciones que nos notifican que alguien nos mando un mensaje, que distinguirlas para saber si fue un WhatsApp, un Twit, o un Instagram es todo un desafío.
Tener Facebook, G+, Snapchat, solo son diferentes modalidades de un mismo estilo, y tener 3G, o 4 G hace que si olvidamos desactivar una aplicación como Skype o Face Time, alguien aparezca en cámara en el momento menos adecuado, y dejemos que invada nuestra privacidad sin permiso aparente. Tenemos que dejar señal de ocupados, para poder seguir trabajando solos.



 La tecnología nos ha abierto caminos que generan oportunidades magnificas, como poder cenar con mi hija a 9000 millas de distancia...

Y puede ser magnifico ver fotos de una pareja en su aniversario, o de la noche maravillosa en esa isla desierta....y compartirla...
Pero ya no parecieran existir eventos privados.

Hasta he vivido 4 años dentro de un romance que no hubiera sido posible sin el soporte de la tecnología.
El en Chicago, yo en Buenos Aires.

Viví una relación a distancia, que basaba el vínculo en compartirnos virtualmente casi todo....Condimentando la historia con viajes cada dos meses..
Dormir con la aplicación Skype abierta, sostenía la engañosa y dolorosa vivencia de vivir juntos cuando no podíamos compartir las mismas estrellas del cielo diariamente.
Mi pregunta es si tal vez la tecnología no fue la que nos convenció de la realidad de algo que no pudo nunca serlo.
Una historia de amor, que jamás olvidare, con un comienzo de cuento de Hadas y un final sin contacto.

Veo con tristeza que todas las personas, como sabiamente dijo una amiga...Todos, Norma hacemos PIN...
Ella se refería al sonido de las notificaciones,  que provenientes de un bolsillo o una cartera nos reclaman de a uno, de la realidad presencial para mudar nuestra mirada a un pequeño teclado que hoy parece comandarlo todo.

Cuando le dejamos el espacio a la comunicación escrita y dejamos de oír tonos de voz, palabras, las emociones se nos confunden...y las relaciones desde mi mirada se impersonalizan.
















Me gusta que me llamen mis amigos, me gusta llamar para charlar de lo que deseo compartir, y cada vez recibo mas mensajes y escucho mas contestadores....

Me gustaría tener una de esas relaciones que aparentemente han pasado de moda.

Cada vez mas mensajes cuya carga emocional merecerían un encuentro personal, vienen en formato electrónico.
Algo que a veces nos cuesta entender, procesar, viene en formato unidireccional, sin chance de respuesta, o con la espera de que los tildes azules nos confirmen que al menos ha sido recibido.

Acaso es que los teléfonos quedan mudos, o es deliberado el no atenderlos?

Tal vez se genero una fobia que desconozco?

Es una declaración desde el deseo, la de volver al uno a uno cara a cara que parece ha pasado de moda.
Mucho mas si de amor se trata.

Una vida hecha por mensajes de texto, twits, o salvas de imágenes, se torna muda, pierde voz propia y sostiene desde mi visión solo relaciones inconsistentes.
Somos personajes sin personas.

Necesitamos de todos nuestros sentidos para modificar nuestra realidad comunicacional.

Creo que el sentido común debería regir cuando es que deberíamos usar el mensaje solo para coordinar nuestro encuentro.

Usemos la tecnología y no permitamos que nos despoje de lo mas importante que tenemos, que es el contacto personal e irreemplazable con esos otros.
Usemos los teléfonos como lo hacían antes, para charlar con quienes nos interesan realmente.

Y ayudemos a nuestros hijos, que son nativos de esta tecnología a registrar lo importante que es mantener nuestra esencia humana en integridad plena.

Ningún emoticon transmite el calor del abrazo, o miles de palabras encerradas en una mirada.
No permitamos que la vida misma pase de moda

Gracias por seguir leyendo.

Norma Echavarria
27 de Diciembre 2014.






Sunday, December 7, 2014

Amores en pausa


Viviendo el camino de la mano de un TDAH sin diagnóstico cuantas veces estamos en pausa, y cuantas otras en fast forward?

En materia de amor, las relaciones que nos involucran no importa ni como surjan o de donde, suelen tener que nutrirse de mucha adrenalina... de cambios constantes, de una dificultad para poner ambos pies en la misma baldosa.

Hablo del universo adediano hiperactivo.

Cuando logramos un equilibrio gracias al tratamiento, y podemos ordenarnos, llegar a tiempo, cumplir tareas, no enojarnos en exceso, o enojarnos si no podíamos....
Terminar una carrera, sostener un trabajo, ahorrar e irnos de vacaciones, y muchas otras situaciones que marcan los logros......
En el tema de amores muchas veces es el inicio del aburrimiento o de la ruptura.

Es acaso eso el estar en pausa?

O estarlo es mantener relaciones sin destino, sin definiciones, dándonos tiempo para ver si aparece algo que supere las expectativas actuales?

Saber registrar los momentos en los que estamos solos, es tan importante que define (de pasarlo con éxito) nuestra posibilidad de vivir amados y amando a un otro.


Y si estamos acompañados, tal vez debamos repasar las lecciones aprendidas, para sostener nuestra motivación cuando no hay viento.

Si porque nada mas excitante que navegar a vela con viento y escorados...
Pero cuando el viento sopla, pero parece que no nos movemos, tal vez aparezca en nosotros, las ganas de tirarnos por la borda y sin salvavidas!
Tal vez el equilibrio venga  cuando ya la adrenalina genere aversión o rechazo.
O cuando la misma sensación surja de la clara necesidad interna de sentir que nos deben el mismo respeto.

Porque nada de nuestras conductas, emociones ni pensamientos quedará sin experimentar cambios.

Pero cuando nos adentramos en el universo de la desatención, que suele estar plagado de inseguridades y baja autoestima, muchas veces sucede lo contrario.

Mas que aburrimiento surge claramente el deseo de ponerle freno a las relaciones tóxicas, a los gritos, al maltrato, al abuso de autoridad y a la dependencia.

Pero no es fácil para alguien que vivió aceptando críticas y malas notas, tampoco para los que eligieron a alguien que de repente cambia..

Por ello, es necesario que aprendamos que la capacidad de elegir es una de las acciones mas complejas y mas necesarias para poner un amor en funcionamiento.

Elegir algo mas que un momento apasionado, o un futuro prometedor y seguro.
Elegimos recién cuando podemos aprender a vivir sin la necesidad de ese otro, y elegimos estar con otro para compartir nuestras vidas, sin abastecerlos como tarea ni depender de ellos.
Elegir y elegirse mutuamente, en la admiración , la aceptación y las risas. Eso simplemente es lo que vuelve a ponernos en marcha.





No dejen que termine este año sin saber como quieren vivir el resto de sus días.
Estar en pausa, momentaneamente puede ser bueno, cuando se hace costumbre diría yo es una falta de respeto para ambos.

Amarse es una elección libre.
Debería seguir de esa forma

Buen Domingo en donde estés ahora.

Norma Echavarria